domingo, 10 de mayo de 2015

Rompamos una lanza por la lectura

En épocas pasadas y hasta no hace mucho tiempo los beneficios de la lectura se reservaban para una minoría enriquecida, mientras que la gente de a pie debía conformarse con una lastimera alfabetización que únicamente les permitía escuchar atentamente los escritos en voz de otras personas más preparadas, que en ocasiones aprovechaban estas ocasiones bañadas de ignorancia para obtener provecho. Así la plebe estaba condenada a una pobreza insalvable.
Y en la actualidad ¿Apostamos a menudo por incentivar la lectura?


Hoy en día todos nos preocupamos por estar al corriente de los avances de las nuevas tecnologías pero sin embargo, no todo el mundo se para delante del escaparate de una librería para después acabar decidiéndose por entrar a husmear entre sus infinitas estanterías. Nos importa tener acceso a Internet pero no es de nuestra incumbencia conocer si todo el mundo tiene acceso a un libro.
Las ventajas que nos puede ofrecer la lectura y que muchas veces minusvaloramos son infinitas: ayuda a aumentar nuestra colección de palabras y nos enseña a utilizarlas correctamente, es un hábito saludable que ayuda a la relajación, nos invita a vivir miles de aventuras y a desarrollar la empatía con personajes muy diversos relativos a historias ambientadas en espacios temporales y emplazamientos muy variados.
Por el contrario, por mucho que intentemos rebuscar en el viejo baúl que protege y guarda la historia de la literatura para extraer desventajas de esta práctica no lo lograremos, puesto que es una costumbre prácticamente perfeccionista que carece de aspectos negativos sobre el lector y el conjunto de la sociedad.

Como conclusión podemos afirmar que la lectura es un hábito con muchas ventajas y presenta una carencia de desventajas, por lo que sería recomendable dar más valor a la lectura entre la sociedad así como ensalzar sus beneficios.



Celia

No hay comentarios:

Publicar un comentario