Luces de neón golpean mi cabeza agresivamente. El recuerdo fugaz de una noche entre tus sábanas viene a mi memoria; entonces visualizo las yemas de mis dedos recorriendo tu delicado cuerpo, enlazando los lunares de tu espalda para dibujar la inicial de mi nombre.
En la penumbra que envuelve tu colchón te busco, y finalmente descubro tu pelo alborotado reposando en mi pecho. Tus brazos aún me rodean sobreprotectores, luchando por mantener este instante mágico, posponiendo mi partida.
Dudo y al final me decido; te susurro al oído que eres ese brillo de felicidad en mis ojos, el dueño de la sonrisa eterna y el eterno culpable de mi pelo erizado, que tu risa es mi música favorita y que eres un artista en el mundo de las caricias.
Es entonces cuando esa sonrisa torcida delata tu falso sueño.
Celia
No hay comentarios:
Publicar un comentario