Eres aquel verano sin prisa, la primavera que aún retumba en mi corazón, el otoño de los largos amaneceres, y el invierno de los abrazos.
Eres la brisa marina que juega de manera rebelde a despeinar mi melena, aquella canción que una vez hicimos nuestra, aquel recuerdo que huele a nostalgia.
Eres seguridad, protección y sonrisas
Y a falta de dudas, mi almohada elige tu perfume para que seas su cómplice, mi mirada se niega a bailar con otra que no sea la tuya, mi mano ha dejado de buscar su media naranja y ahora encaja a la perfección con tu mano; mientras tanto mi corazón susurra que cada latido te pertenece a ti.
En mi oído aún conservo tu último te quiero, y en la piel la última caricia infinita. La ausencia como la distancia no separa, nos pone a prueba; nos aleja y a la misma vez nos hace reflexionar sobre aquello que tenemos, me ayuda a no perderte, a no perdernos.
Firmado: Celia
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